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Los pilotos de Islas Airways explican en un comunicado la situación crítica de la empresa

Uno de los aviones ATR de Islas Airways / Foto: Wikipedia
Uno de los aviones ATR de Islas Airways / Foto: Wikipedia

COMUNICADO DE LOS PILOTOS DE ISLAS AIRWAYS:

En primer lugar, los afectados no somos solos los pilotos, pero las recientes noticias solo comentan sobre este colectivo. El problema lo estamos padeciendo todos los colectivos de la organización: pilotos, tripulantes de cabinas, mecánicos, personal de handling, administrativos, etc.

En nombre de todos los trabajadores, queremos pedir las más sinceras disculpas a todos los usuarios de Islas por los inconvenientes que están sufriendo, estos para nosotros siempre han sido la prioridad en todas nuestras decisiones, puesto que este problema no ha surgido de hoy para mañana. Es un problema que viene acusándose desde hace más de un año y todos los colectivos, por el bien de todos los usuarios, hemos permanecido en nuestro puesto de trabajo bajo unas condiciones lamentables y de verdadera penuria.

Los problemas económicos de Islas son conocidos. A pesar de que inicialmente se veía como un problema coyuntural, en los últimos meses se está demostrando que ha pasado a ser un problema estructural. Desde el último año se han ido degradando las condiciones. Se comenzó con retrasos en las nóminas, de entre 10 a 20 días. Luego, retrasos de más de un mes y finalmente a un retraso de tres meses sin cobrar. El pago a los trabajadores no es más que la punta del iceberg, pues las cuestiones operacionales se han visto afectadas también. Los usuarios de Islas han podido comprobar como en los últimos meses no se les ofrecía a bordo ningún servicio (los conocidos manises ni agua).

Los baños de los aviones, inutilizados por estar en condiciones higiénicas insalubres por falta de pago al proveedor de servicios de limpieza. Todo esto incumple la misión básica de Islas: el transporte de pasajeros de forma segura, eficiente y confortable digna del público usuario. Las tripulaciones, con el fin de no dejar a cientos de pasajeros en tierra, aceptamos los aviones en condiciones poco dignas para el pasaje. Aún así hacíamos todo lo posible por tenerlos lo más adecuado posible, incluso trabajadores de tierra compraban botellas de agua (sin haber cobrado nóminas) para tenerlas dispuestas para el pasaje.

La situación a nivel emocional comienza a afectar a los trabajadores en las últimas fechas. Todos y cada uno tienen sus particularidades y problemas, pero es duro sentarse a una mesa a comer con lágrimas en las mejillas, viendo la impotencia de darles una respuesta a tus hijos sobre el futuro, problemas con los bancos, hipotecas, alimentación y un largo etcétera que se viene sufriendo en los últimos meses. Esto ha llevado al límite de la consciencia humana.

El estres merma la seguridad

Los estados de estrés y ansiedad en algunos con mayor o menor problema están superando los umbrales de la seguridad. El ambiente en una cabina de vuelo debe ser de consciencia absoluta y cero distracciones; de lo contrario se estarán superando las barreras de la seguridad operacional. No sería el primer caso de accidente relacionado con esto y, por nuestro bien y el de la sociedad, no podemos permitirnos un accidente.

La empresa, en los últimos días, se ha reunido con el personal de Islas para informar de la situación y sus planes de viabilidad. Los trabajadores, de buena fe, hemos aceptado los plazos que nos han dado y con paciencia hemos ido a trabajar con la esperanza de ver cumplidos esos proyectos de viabilidad. Nos hemos mantenido durante meses en nuestro puestos de trabajo con la mayor profesionalidad y con la motivación siempre presente de que Islas nos daría soluciones pronto.

Llegadas las fechas previstas, no vemos cambios, seguimos igual o peor. Esto ha desencadenado la caída de la motivación y ha derivado en estados de ansiedad y estrés. No queremos más soluciones irreales a largo plazo, no podemos confiar en la gerencia, la cual ha optado por estrategias ilusorias o cuyas implantaciones han fracasado. Exigimos hechos tangibles, exigimos poder transmitir a nuestras familias la tranquilidad; solo pedimos la dignidad que nos merecemos.

Particularmente, el colectivo de pilotos siempre se ha mantenido fiel a la empresa y en actitud conciliadora. No nos representa ningún sindicato por la sencilla razón de que el presidente en su día nos hablaba a la cara y con «honestidad» nos comentaba que el trato en una empresa familiar como esta se puede hacer cara a cara y sin abogados.

Lamentablemente, hoy nos sentimos engañados y somos conscientes de que nos equivocamos, confiamos en sus palabras y esto es lo que obtenemos. A día de hoy y a estas horas aún no hemos recibido ningún comunicado de la compañía por parte de gerencia ni de su portavoz. Vemos por los medios de comunicación que quieren que demos un plazo hasta el día 20 de octubre.

Es difícil creer en proyectos cuando llevamos oyendo desde hace más de tres meses la misma información: que tengamos paciencia, que en unos días se resuelve y una larga cantidad de excusas similares. Hemos tenido muchísima paciencia y el estrés, la ansiedad, la falta de motivación no se curan de un día para otro. Las bajas médicas son justificadas por el estado general y el bien del pasajero es la prioridad. Deseamos permanecer en nuestro puesto de trabajo, deseamos seguir siendo profesionales de Islas y es por lo que hemos estado luchando en el último año a duras penas.

Esperamos el apoyo, la comprensión, no solo de nuestros clientes sino de toda la sociedad en general y que empaticen con nuestra situación. La empresa, probablemente, nos pondrá en contra de la opinión pública para que nos vean como los culpables de esta situación, una situación que la gerencia ha dejado llegar hasta el límite de que sea el pasajero el que sufra como víctima ajena al conflicto.

Agradecemos toda su comprensión y apoyo. Nuestras más sinceras disculpas y por el bien de todos, rogamos y deseamos que esta situación se arregle lo antes posible, que Islas pueda recuperarse y que podamos seguir surcando los aires de Canarias ofreciendo un servicio de transporte aéreo seguro, eficiente y digno de la sociedad canaria.

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