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¿Por qué el sabor de la comida cambia en el avión?

Air Europa

¿Te has preguntado alguna vez por qué en el avión nos apetece tomar zumo de tomate cuando normalmente no lo tomamos en casa o en un bar? Te contamos cómo cambia el sentido del gusto y el olfato a más de 10.000 metros de altura. 

Las papilas gustativas que se encuentran en nuestra lengua tienen cinco sabores básicos, los cuatro de toda la vida: dulce, ácido, amargo, salado y el añadido recientemente, umami, algo así como un sabor intenso. El sabor de los alimentos también se determina por la definición y concentración de las sustancias que provocan un sabor específico. Sin embargo, además de los sabores básicos, la temperatura, aromas, apariencia y consistencia también ayuda la definición del sabor de las comidas.

Puedes experimentar los diferentes sabores a través de la lengua y contrario a lo que se suele creer hay áreas específicas de la lengua que no llegan a discernir sabores específicos. Además cuanto mayor te haces más se pierde el sabor lo que explica porqué se cambia el gusto a lo largo de los años.

En vuelo, a 10.000 metros de altura se reduce el sentido del olfato y el sabor. Las razones principales son la falta de humedad, menor presión atmosférica y el ruido de los motores de fondo. La sequedad y la baja presión es una combinación que reduce la sensibilidad de las papilas gustativas, aunque solo en el sabor salado y dulce,  dejando casi inalterado los sabores agrios y amargos. De hecho podríamos comparar esta pérdida de sabor con la misma sensación que se suele tener cuando estamos resfriados.  

Lo más curioso, es que algunos estudios revelan que el ruido de fondo de los motores también afecta a la percepción de los sabores. Parece ser que, subconscientemente, la distracción producida por el sonido hace que se preste menos atención a la hora de disfrutar de la comida, percibiendo de esta manera menos sabor en los alimentos. Todo lo contrario al sabor umami, que parece ser que es inmune al ruido y se potencia más.

El sabor umami que viene del japonés significa sabroso y lo encontramos en alimentos como el queso curado, jamón serrano, algas, champiñones, salsa de soja y por supuesto en el tomate.

Estos alimentos tienen sustancias naturales que aumentan la salivación, lo que hace que el sabor se perciba con más intensidad sintiendo que lo que estamos comiendo es realmente delicioso. Esta es una de las razones por la cual se suele pedir zumo de tomate en los aviones, simplemente porque lo encontramos más delicioso.

Afortunadamente si vuelas en uno de nuestros Boeing 787 Dreamliner la pérdida de sabor en los alimentos no es tan acusada debido a la mejor presurización y ambiente más húmedo,  además de que es un avión más silencioso. Es lo que tiene el efecto Dreamliner, hasta la comida tiene más sabor.   

Texto publicado en blog de Air Europa: billete996.aireuropa.com

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