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El satélite de la ESA CryoSat-2 supera todas las expectativas

Los participantes del simposio ‘Living Planet’ (Planeta Vivo) conocieron el pasado 1 de julio los últimos avances de la misión más reciente de la Agencia Espacial Europea (ESA), CryoSat-2.

 

En los escasos tres meses que lleva en órbita, el satélite se encuentra en excelentes condiciones y los científicos están muy motivados con los primeros datos del espesor del hielo, que fueron presentados ayer en el evento. El Cryo-Sat-2 realiza mediciones de la capa de hielo de la Tierra.

El profesor Duncan Wingham, Investigador Principal de la misión CryoSat, declaró que «el satélite se encuentra en perfectas condiciones, superando incluso las especificaciones de diseño. El software del segmento de tierra y el sistema de distribución de los datos están funcionando según lo previsto y los miembros del equipo estamos muy emocionados con la calidad de los datos que estamos empezando a recibir. Es muy satisfactorio ver cómo la idea teórica que tuvimos hace unos 10 años, para desarrollar una misión para el estudio del hielo, se está convirtiendo en realidad».

 

CryoSat-2 fue lanzado el pasado mes de abril, por lo que el satélite y sus instrumentos todavía están en plena fase de entrada en servicio, un proceso que continuará hasta el otoño. Sin embargo, los científicos y los usuarios ya se muestran muy satisfechos con los datos preliminares, que demuestran el gran nivel de detalle con el que este satélite es capaz de analizar la superficie del hielo. Estos datos también demuestran una clara mejora en la cobertura de CryoSat-2.

 

La órbita en la que se encuentra el satélite le permite acercarse a los polos mucho más que cualquier otro satélite de observación de la Tierra, cubriendo unos 4,6 millones de kilómetros cuadrados adicionales – una superficie mayor que los 27 estados miembros de la Unión Europea.

 

CryoSat es la primera misión europea dedicada a monitorizar los campos de hielo de la Tierra. El satélite transporta el primer altímetro radar de su clase, capaz de superar las dificultades inherentes a la medición de la superficie del hielo desde el espacio.

Su carga útil principal, el sofisticado Altímetro de Interferometría Radar SAR (SIRAL), puede medir el espesor del hielo marino con una precisión de unos pocos centímetros y monitorizar cambios en el espesor de las grandes capas de hielo que cubren Groenlandia y la Antártida; en especial SIRAL puede analizar con precisión los bordes de estas capas, que es dónde se desprenden los icebergs.

 

Calcular cómo varía el volumen de hielo

Unidas a la información sobre la extensión del hielo, estas medidas permiten calcular cómo varía el volumen de hielo de la Tierra, y permitirán comprender mejor cómo está afectando el cambio climático al hielo del planeta. «Hemos tenido algunos problemas con el procesador de los datos científicos – al fin y al cabo, un radar como éste nunca había volado en el espacio. Afortunadamente ya hemos solucionado casi todas las dificultades y los resultados tienen muy buena pinta», comentó el responsable del proyecto CryoSat-2, Richard Francis.

«En particular, la resolución de este sistema es impresionante. Se pueden apreciar muchos detalles en esta imagen tomada sobre la Antártida, tomada el mismo día en que SIRAL fue conectado por primera vez».

 

Durante la jornada de ayer, también se anunció que los datos tomados en órbita por el Sistema Doppler de Orbitografía y Radiolocalización Integrada por Satélite (DORIS) serán publicados a principios de Julio. DORIS es un sistema de localización instalado a bordo de CryoSat-2 para detectar y medir el efecto Doppler en las señales emitidas por una red de radiobalizas situadas en diferentes puntos del mundo. Estas señales permiten determinar con precisión la órbita del satélite, con una precisión de milímetros, lo que en este caso es esencial para poder medir con precisión la altura de la superficie del hielo.

 

Los datos obtenidos por el sistema DORIS ya han sido validados y demuestran ser de una calidad excelente. Esta información será entregada a la comunidad científica antes del fin de la fase de entrada en servicio.

A mitad de camino en esta fase de entrada en servicio, CryoSat-2 se encuentra en perfectas condiciones y ya está generando datos precisos sobre los cambios en el espesor de las capas de hielo, información crucial para poder comprender cómo está afectando el cambio climático al hielo de nuestro planeta.

 

Edición: JFG / Fotos: ESA

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