Un Boeing 737 de la compañía Ethiopian Airlines se precipitó al mar esta madrugada minutos después de despegar del aeropuerto de Beirut (Líbano). A bordo del aparato, que se dirigía Adis Abeba, capital de Etiopía, viajaban 83 pasajeros y siete miembros de la tripulación. Los restos del aparato se han localizado a unos 3,5 kilómetros de la costa y por ahora se han recuperado una decena de cuerpos.
Según informan las agencias de noticias, testigos presenciales vieron como el aparato se precipitaba al mar envuelto en llama y cuando en la zona se registraba una fuerte tormenta. El primer ministro libanés, Michel Suleiman manifestó en una rueda de prensa que consideraba «improbable» que el accidente se debiese a un atentado terrorista, cuestión que se determinará cuando se encuentren y examinen las cajas negras del avión.
Se da la circunstancia de que el pasado viernes Boeing anunció que la aerolínea etíope, que está en proceso de expansión, había acordado la adquisición de diez Boeing 737-800 por valor de 767 millones de dólares. El fabiracante americano ha lamentado el accidente y se ha mostrado dispuesto a coordinarse con las autoridades libanesas para esclarecer las causas del siniestro.
Edición y Texto: José Fernández
