Una semana antes, Cela se sometió a una especie de moción de confianza ante todos los afiliados a USCA, que son el 97% de controladores españoles. Según informó el diario Cinco Días, solo uno de cada cuatro controladores respaldó la gestión de Cela.
Porque entre el colectivo ha ganado terreno la visión de que el sindicato ha restablecido en exceso los puentes de diálogo y las actitudes pactistas. Ahora, se considera que hay que volver a adoptar una postura con un perfil más crítico ante, por ejemplo, la reorganización de la navegación aérea.
Además, en el horizonte de 2013 está la necesidad de negociar un nuevo convenio colectivo. Y todo ello, con unos 400 controladores imputados por el abandono de sus puestos de trabajo en diciembre de 2010, cuando obligaron a paralizar el tráfico aéreo en España y a forzar al Gobierno a decretar la militarización del servicio para restablecer la normalidad.
