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El satélite SMOS cumple tres años de actividad

Imagen del satélite SMOS de la Agencia Espacial Euopea

Tres años se han cumplido desde que en la madrugada del 2 de Noviembre del 2009, se lanzara el satélite SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity) con el cohete Rockot desde el cosmódromo ruso de Plesetsk. El satélite forma parte del proyecto “Planeta Vivo”, de observación de la Tierra que lleva a cabo la ESA.

Durante estos tres años, ha demostrado que ha cumplido con creces con las expectativas que se habían generado en torno a él, reportando valiosa información acerca de la salinidad de los océanos y la humedad del suelo, especialmente en este último año, durante el cuál se ha podido comprobar y mitigar el efecto adverso en las observaciones del SMOS de las interferencias provenientes de fuentes de radiación como radares o radioenlaces RFI (Radio Frequency Interference). Desarrollado para contar con una vida mínima de tres años, la comunidad científica espera que siga contribuyendo con sus aportaciones al conocimiento del ciclo del agua en los próximos años.

La clave del éxito de esta misión es el instrumento MIRAS (Microwave Imaging Radiometer with Aperture Synthesis, Radiómetro de detección de microondas con apertura sintética), que ha supuesto un auténtico reto tecnológico en el mundo entero al haber utilizado técnicas novedosas de medida basadas en la interferometría, no probadas anteriormente en el entorno espacial, y que fue construido íntegramente por EADS CASA Espacio, filial de Astrium.

Firmando un contrato en Junio del 2004 por valor 61 millones de euros, la empresa se convirtió en el contratista principal para la realización de la carga útil del satélite SMOS, liderando un grupo de más de 20 empresas y universidades europeas de hasta 11 países. En estos tres años de operación, el instrumento MIRAS ha demostrado ser un auténtico hito histórico en radiometría.

Además de la realización de la integración y ensayo del instrumento MIRAS, Astrium España también diseñó el subsistema de Control Térmico, las antenas y los filtros de los receptores. Por último, EADS Casa Espacio dio soporte a las actividades de lanzamiento. Desde su puesta en órbita EADS Casa Espacio ha ayudado al segmento terreno en las operaciones del instrumento MIRAS y en las mejoras de calibración y procesamiento de datos.

Realizar modelos de predicción atmosférica

Imágen captada por SMOS
Imagen captada por SMOS

Si hay algo que se considera de vital importancia para la comunidad científica es el conocer y entender perfectamente el ciclo del agua de nuestro planeta para posteriormente poder realizar modelos de predicción atmosférica, oceanográfica e hidrológica. Y dos de los parámetros más importantes para hacerlo son la humedad del suelo y la salinidad de los océanos, ambos medibles gracias al instrumento MIRAS. La salinidad, junto con la temperatura determina la densidad de las aguas.

El equilibrio entre temperatura y salinidad determina la densidad de una masa de agua; y las diferencias de densidad entre diferentes aguas provoca el movimiento de las corrientes marinas, que tienen una gran influencia en la variabilidad climática provocando fenómenos climatológicos como “El Niño”, causante de innumerables sequias e inundaciones.

Hay que tener en cuenta, también, que en los océanos se produce el 86% de la evaporación y el 78% de la precipitación del planeta. Con SMOS, se ha podido obtener un mapa de salinidad a escala mundial que ha contribuido a complementar los mapas aproximados de salinidad obtenidos por boyas y barcos.

Por otro lado, la evaporación y la filtración del agua dependen del grado de humedad del suelo y del contenido de agua de la vegetación, que son piezas clave para entender el ciclo hidrológico y vigilar las reservas de agua dulce del planeta. SMOS proporciona una visión global de la salinidad de los océanos y la humedad del suelo cada 3 días como mínimo.

Información sobre el huracán Sandy

A través de éste sistema de observación, se han podido monitorizar los cambios producidos por el reciente huracán Sandy, pudiendo medirse mediante los cálculos correctivos y las correlaciones necesarias, las velocidades del viento producidas por dicha tormenta. Otras de las aplicaciones prácticas del satélite SMOS ha sido la observación del Océano Ártico, midiendo la extensión de las zonas oceánicas cubiertas por el hielo gracias a su capacidad de penetrar en la superficie, y por tanto de evaluar el hielo más reciente. Uno de los resultados proporcionado por SMOS ha sido constatar que el límite periférico del casquete de hielo del Océano Ártico, por debajo de los 50cm de profundidad, está disminuyendo, y todo ello gracias a la medida de la emisividad de éste.

Como podemos observar, SMOS ha demostrado que se trata de un satélite cuanto menos polivalente y que ha supuesto un auténtico éxito a lo largo de estos tres años, y lo seguirá siendo si todo marcha por el buen camino, proporcionando beneficios innumerables, ayudando a un mejor entendimiento del ciclo del agua del planeta para conseguir mejoras sustanciales en las aplicaciones de meteorología, climatología, oceanografía, gestión de riesgos, agricultura, hidrología, recursos marinos, desarrollo urbano, etc.

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