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El Aeropuerto de Barcelona puede perder este verano hasta un 81% de pasajeros

AeroTendencias.com

La pandemia del Covid-19 afectará de lleno la actividad en el aeropuerto de Barcelona los próximos años. Se contempla que la campaña de verano tenga una reducción de pasajeros de entre el 73% y el 81% dependiendo de una visión optimista o más moderada.

También se estima que el tráfico se empezará a recuperar de cara a la temporada de invierno, por lo que, en diciembre podría registrar una reducción del 25% -30% respecto del volumen de pasajeros del año 2019. Estas son las principios conclusiones que se extraen del Informe de Tráfico Aéreo que elabora periódicamente la Cámara de Barcelona, ​​de acuerdo con las previsiones de IATA y OACI para Europa.

Según un escenario optimista, se prevé una reducción acumulada del 48% de los pasajes respecto del 2019; y según una previsión más moderada, una reducción del 74% de de pasaje. Siguiendo los dos escenarios, el volumen de tráfico en Barcelona el año 2020 podría oscilar entre 12,6 y 24,2 millones de pasajeros punto a punto (O & D, es decir, con origen o destino en Barcelona, ​​sin tener en cuenta los pasajes en tránsito).

El estudio contempla que los vuelos domésticos puedan activarse de forma importante entre junio y principios de julio. Y, concretamente, se prevé que a partir de junio los viajes europeos se vuelvan a despegar aprovechando las recomendaciones de la UE y ya tengan una cierta normalidad para el último trimestre del año. Por el contrario, los vuelos intercontinentales no se estima que tengan una reanudación significativa hasta la temporada de verano del 2021 (marzo-octubre).

La actividad aeronáutica se ha paralizado en Europa

La crisis del sector aéreo iniciada en el primer trimestre de 2020 a consecuencia de la pandemia del Covid-19 ha desencadenado una situación sin precedentes dado el impacto global de la crisis sanitaria, como ponen de manifiesto las nuevas restricciones fronterizas aplicadas al tráfico internacional .

En los principales aeropuertos europeos han reducido las operaciones entre el 85% y el 100% en abril respecto al mismo periodo de 2019. Las principales compañías que operan en Barcelona también han reducido al mínimo sus operaciones a la espera de retornar parcialmente a la actividad a partir de junio o julio. A nivel de carga aérea se continúa operando, pero se ha reducido mucho su capacidad debido a la cancelación de los vuelos de pasajeros.

Existen diferentes perspectivas de recuperación del tráfico aéreo, vinculadas a la evolución de la crisis sanitaria de la Covid-19 y sus consecuencias económicas.

Según los diversos escenarios dibujados por agentes globales sectoriales, el nivel de tráfico aéreo internacional del 2019 puede tardar en recuperarse entre 2,5 años (los más optimistas) y 5 años en el peor de los casos. Para el 2020, la OACI prevé una reducción entre un 44% y un 80% de los pasajes internacionales a nivel global.

El ritmo de recuperación del tráfico irá en paralelo a la evolución de la enfermedad y será asimétrica para las regiones o países dependiendo de 4 variables:

1. La liberalización de la movilidad de pasajeros internacionales, que evolucionará de forma desigual según los territorios y países afectados. En general, los viajes domésticos serán los primeros en recuperarse, dado que tienen menos restricciones. Este verano también tendremos vuelos europeos, pero con países terceros la recuperación será más lenta.

2. La confianza del consumidor para viajar: el 40% de los pasajes esperarán 6 meses antes de volver a contratar un viaje como hacían anteriormente, según una encuesta de IATA del mes de abril. El ritmo de recuperación de su confianza dependerá de las medidas implementadas por compañías, aeropuertos y destino en general (hoteles, transportes, etc.).

3. La confianza empresarial: la demanda de pasajeros de negocios es limitada por los ajustes de costes en los presupuestos de viajes corporativos (en algunos casos sustituidos por reuniones telemáticas) y por los cambios en los propios modelos de negocio de las empresas.

4. La capacidad de reestructuración de las compañías aéreas. Se reducirá la oferta de asientos y el número de compañías aéreas, sobre todo en Europa, donde hay un mercado muy fragmentado. La parte esencial de esta reestructuración es la de la financiación de sus costes fijos mientras no operan y la inversión necesaria para organizar la actividad mientras la demanda no se puede recuperar y los precios no pueden aumentar. En este aspecto, las compañías que tengan una mejor protección de los estados tendrán ventajas económicas y financieros.

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