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Un avión solar que puede mantener el vuelo durante cinco años

Está previsto que en 2014 alce el vuelo el avión Solara 60, un avión desarrollado por Titan Aerospace y alimentado por energía solar que es capaz de volar por sí mismo y de forma autónoma a 20.000 metros de altura y de forma ininterrumpida durante al menos cinco años.

El aparato obtiene electricidad del Sol a partir de las 3000 células fotovoltaicas repartidas por la superficie de los planos y que proporcionan hasta 7Kw, parte de los cuales se almacenan en baterías para mantener el vuelo durante las horas nocturnas. Dado que el vuelo se mantiene por encima de las nubes, durante el día los paneles están expuestos permanentemente al sol.

Solara puede recorrer unos 4,5 millones de kilómetros sin interrupción

De este modo está previsto que Solara pueda recorrer unos 4,5 millones de kilómetros sin interrupción a una velocidad promedio de 100 km/h. Es decir, que puede mantenerse en vuelo durante unos cinco años. Mientras está operativo basta con un sencillo equipo en tierra para el seguimiento y monitorización, supervisar el estado y comportamiento de la aeronave, y recibir los datos que envíe si fuera el caso.

Satélite atmosférico

Imagen virtual del Solara
Imagen virtual del Solara / Foto: Titan Aerospace

Un ingenio de estas características se sitúa en realidad más próximo a los globos meteorológicos y a los satélites que a los aviones, ya que en principio más que viajar está planteado para que permanezca sobrevolando la misma zona, aunque pueda desplazarse y cambiar de ubicación si fuera necesario.

Este ‘satélite atmosférico’ resulta mucho más económico que un satélite convencional. El objetivo de Titan Aerospace es que su coste ronde los dos millones de dólares dependiendo del modelo y del tamaño.

Como parte de su carga útil Solara puede transportar hasta 100 kg que pueden ser instrumentos de observación y reconocimiento, de telecomunicaciones y de equipamiento meteorológico. Estos sistemas pueden funcionar de forma individual o como parte de una red formado por varios de estos satélites atmosféricos conectados entre sí.

Sus aplicaciones son numerosas: desde observaciones meteorológicas, científicas e industriales, a vigilancia, seguridad y rescate pasando por comunicaciones y topografía; puede operar en alta mar para combatir la piratería o recorrer zonas fronterizas o en conflicto. En caso necesario puede desplazarse rápidamente, por ejemplo para proporcionar cobertura de telecomunicaciones y de telefonía móvil o para la observación y tareas de socorro y de rescate en el caso de desastres naturales.

Texto: Nacho Palou – Publicado por www.rtve.es

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