EAS Barcelona

Un CN-295 participó en un ejercicio de aeroevacuación de ocho pacientes

Ejército del Aire

Entre el 3 y el 7 de abril ha tenido lugar el Ejercicio Cantabria 17. Es un ejercicio liderado por la Unidad Militar de Emergencias (UME), en el que se simula la respuesta ante una catástrofe natural. Este año se entrena la respuesta ante unas supuestas grandes inundaciones que afectan a la Comunidad Autónoma de Cantabria.

En el marco de este ejercicio se solicita una aeroevacuación para múltiples víctimas y se activa a la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER) y al Ala 35 que dispone un CN-295 para llevar a cabo la misión.

El avión fue configurado en la Base Aérea de Torrejón en una hora, con dos pallets sanitarios, previamente preparados por los integrantes de la UMAER y que permitían disponer de dos puestos de asistencia para pacientes críticos y cuatro para pacientes graves.

Ejército del Aire

La configuración interna de la aeronave se completó con otros cuatro puestos para pacientes leves. El equipo desplazado estaba formado por dos oficiales médicos, un oficial enfermero y tres técnicos especialistas.

En el trayecto entre Torrejón y Santander, acompañó a la misión el Jefe de la UME, teniente general Miguel Alcañiz, que pudo comprobar personalmente la configuración de la aeronave.

Tras realizarse la transferencia médica de ocho pacientes, se llevó a cabo un vuelo de evacuación durante el cual se procedió a realizar las maniobras asistenciales indicadas según la situación clínica de cada uno. Se desconocía previamente al ejercicio el número de pacientes que se iban a asistir, así como su patología, lo que permitió un mejor entrenamiento de nuestra respuesta y nuestras capacidades.

Al finalizar el vuelo se realizó el ejercicio de transferencia en el aeropuerto de Santander, siguiendo un orden específico según las patologías. De este modo, los pacientes fueron transferidos al equipo médico encargado de su traslado al hospital correspondiente para su tratamiento definitivo.

Estos ejercicios permiten la colaboración y el conocimiento mutuo de unidades propias del Ejército del Aire. Además hacen posible entrenar, modificar y perfeccionar las diferentes posibilidades de configuración y los protocolos asistenciales, así como adaptarlos a los diferentes medios disponibles para obtener una máxima versatilidad.

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