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El aeropuerto de Fuerteventura dispone 100.000 m2 de barrera vegetal para disminuir el impacto acústico

El Aeropuerto de Fuerteventura ha finalizado la plantación de 14.813 m2 de especies autóctonas o arraigadas en la Isla en la zona Norte del recinto aeroportuario. Esta barrera que actúa como pantalla para disminuir el impacto acústico y visual de la actividad aeroportuaria sobre las poblaciones más próximas se une a los 85.000 m2 de la zona Sur, llegando ahora casi a los 100.000 m2.

Según informó AENA, la nueva pantalla está compuesta por dos bandas de vegetación, cada una de ellas constituida por una especie diferente, con una anchura total de 32 metros. Las especies que se han seleccionado son la Casuarina equisetifoli (pino canario) y el Schinus terebinthifolius (turbinto).

Fuerteventura es la isla que tiene el clima más árido y seco del archipiélago, por lo que se ha procurado no introducir especies no adaptadas a la zona.

Asimismo se ha instalado una red de riego por goteo con aguas residuales tratadas, procedentes de la depuradora del aeropuerto. Junto al aspecto acústico se han tenido en cuenta también otras ventajas de la pantalla vegetal frente a otro tipo de barrera, como es la defensa contra la erosión hídrica y eólica del suelo, la mejora de la integración paisajística del entorno, la protección visual y estética de la zona y la aminoración del polvo que se produce en las operaciones de las aeronaves en la cabecera de la pista.

 

Otras medidas medioambientales

El aeropuerto ha realizado una inversión de más de 3.200.000 euros en:

– Puesta en servicio del llamado “Ciclo del agua”, que incluye la actividad que realizan las plantas desaladora y depuradora.

– Desplazamiento del inicio de la pista de aterrizaje en 465 metros, lo que permitió que las aeronaves que sobrevuelan Puerto del Rosario en su aterrizaje desde el norte, eleven notablemente su altura consiguiendo una reducción de la contaminación acústica, al mismo tiempo que se aumenta la seguridad operacional. Esta actuación se relaciona con la ampliación en 1.000 metros de la pista hacia el sur, que redujo el número de vuelos sobre la capital majorera un 70% y el nivel medio de ruido un 40%.

– Instalación de cabinas de análisis de calidad de agua depurada, agua potable y calidad del aire atmosférico, con equipos analizadores automáticos.

– Construcción y puesta en funcionamiento de una Halconera destinada al Servicio de Control de Fauna, de un Punto Limpio (con autocompactadores y contenedores destinados a la recogida selectiva de todos los residuos asimilables a urbanos) y de un Punto de Almacenamiento de Residuos Peligrosos, con los cubetos y contenedores necesarios para cada tipo de residuo.

– Sistema de suministro eléctrico a las aeronaves a 400 herzios para minimizar el uso de grupos electrógenos.

– Fomento de la utilización de vehículos eléctricos para el transporte de maletas en el patio de carrillos.

– Instalación de separadores de hidrocarburos en la zona de naves de servicios.

– Restauración de taludes con especies vegetales tapizantes.

 

Finalmente hay que destacar el programa de visitas escolares al recinto aeroportuario, donde Aena entrega material de carácter ambiental para contribuir a la sensibilización de los niños en la protección del entorno.

 

Edición: José Fernández

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